domingo, 28 de junio de 2009

Nuevos horizontes: Longon fruit y kirubonkibaa







LONGON FRUIT, EL 4º ELEMENTO. Aunque su origen es asiático, estamos ante una fruta propia de Tailandia y conocida bajo el nombre de dragon’s eye, y que hemos descubierto en Male. ¡Y qué grato descubrimiento! Os recuerdo que soy un apasionado del clan familiar de los litchis-rambután-mangostán. Los menciono según gradación e intensidad aromática, de menor a mayor. Sólo me faltaba conocer al cuarto miembro de la familia, el longon. Es único, así como el litchi y el rambután se asemejan, y el mangostán ejerce como superlativo de éstos, el longon ofrece un sabor especial que lo hace incomparable al resto de la familia. Su aspecto recuerda al litchi, si bien resulta un poco más pequeño en cuanto a su tamaño. Eso sí, se extrae la cáscara del mismo modo. Su perfume es menos floral, se intuye de un modo más bien etéreo (es dulzón, maduro, con un ligero toque a fermentación). En parte recuerda al sutil olor de la horchata, por buscar una comparación conocida. Es muy acuoso, con una sensación pulposa y carnosa, aunque menor que en el caso de los hermanos pequeño y mediano, litchi y rambután, respectivamente. Dulzón sin exceso, con un sabor muy especial y agradable que, bajo mi punto de vista, propone un ensamblaje equilibrado, entre dulzor, como de leche de almendras y maduración.
LAS ORELLETES DE MALE : EL KIRUBONKIBA. Es un tubérculo, de condición física y tratamiento culinarios. Su aspecto recuerda a un tupinambur peludo y el sabor, muy cercano a una patata. Pero lo agradable y sorprendente fue su tratamiento y puesta en escena: se pela, se lamina y se fríe. Luego, se reboza con azúcar grano y se sirve como amenities (snacks dulces de bienvenida servidos en un soporte con forma de velero, de madera, que sirve como detalle a la llegada de los clientes a sus respectivas Villas del Resort). Me recordaron a las orelletes tradicionales y clásicas de Lleida, pero más finas y más crujientes .
De hecho, en nuestro país, hubo una temporada en la que se puso de moda la incorporación del plátano macho o verde, la flor de loto y, entre otros, como snacks salados previos a los aperitivos del menú. Se laminaban, se freían y se sazonaban. En este caso estamos ante un nuevo snack, con la excepción y hábito propio del país de condimentarlo con azúcar. Una idea para cambiar el condimento salado así como la ubicación del plátano verde macho o de la flor de loto, ¿no?

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