viernes, 5 de junio de 2009

Nuevos Horizontes: el durian y el young coconut




DURIAN: Es una de las frutas de mayor importancia en Tailandia. En principio la confundía con la fruta del pan pero no tienen nada que ver. En Tailandia el durian guarda una relación directa con la clase media-baja y se come a todas horas: para desayunar, para merendar, como postre después de comer o cenar... La verdad es que me costó probarlo porque exhala un olor desagradable -mejor hedor- que más que perfumar, apesta el lugar donde se encuentra. Su tamaño es grande, de tonalidad verde oscuro y envuelto de un relieve regular en el que sobresale una especie de pico central. Lo interesante de esta fruta se encuentra en su interior y para llegar a éste hay que realizar una incisión segmental para extraer una porción semejante (en cuanto a forma y tamaño) a un hígado de pato dividido en cuatro (o riñones grandes). Sin embargo, me sorprendió de forma grata su sabor. Nada que ver con su “perfume“ inicial; es dulzón, nada ácido; recuerda ligeramente a un níspero muy maduro. Su perfume frutal (es decir, el del interior, no del exterior) es delicado, sutil, etéreo. Se advierten notas a fermento por excesiva maduración, si bien lo más sorprendente es que recuerda a un aguacate muy maduro y más dulce. Su textura es casi igual; untuosa, cremosa y algo fibrosa; ¡impresionante, qué grata sorpresa! He tenido la sensación de comer un aguacate.
Con él no hacen ningún tipo de elaboración en especial; aquí se lo comen en plan “vikingo”; lo abren, lo dividen y adentro.

YOUNG COCONUT: o coco verde como también se le puede llamar. Se divide en dos partes: el líquido interior y la carne muy blanca de coco que envuelve su cáscara. Su aspecto exterior es de color verde y cuando se procede a su degustación se extrae la piel verde y la parte superior, en la que se realiza un corte triangular para extraer el agua.
El agua: ¡el agua del young coconut es increíble! Un líquido transparente y de textura acuosa con todo el sabor del coco, no excesivamente dulce y con un toque muy interesante de sal.
La carne: ¡qué maravilla! nada crujiente y dura, que es lo que permanece en nuestro archivo gustativo. Estamos ante un young coconut con una caducidad de 2 días como máximo, y nunca llega a nuestro país en este estado tan salvaje. Esta fruta muestra una textura blanda pero como si estuviera ligeramente gelificada, porque en boca funde de la misma forma que lo haría una gelatina elaborada con hojas (blanda). Recuerda al mango (¡por supuesto, al mango thai!); pulposo, carnoso, untuoso y cremoso.
Su sabor es algo dulzón (no demasiado), un poco acidulado pero lo más sorprendente es su connotación láctea (lácteo de leche y de nata).
El young coconut cake (típico pastel de coco thai), según me ha explicado una asistente thai, se elabora mezclando el agua con la pulpa, harina de maíz y se cuece conjuntamente (el resultado es como una crema con textura de espátula de coco). Asimismo, se elabora un sponge cake y se corta en rebanadas. Se acaba alternando las porciones de sponge cake con capas de crema de coco.

1 comentario:

  1. Hey ,crack molt bé totes aquestes fruitetes, a veure si ja veiem algún postret desde aquests indrets. Una abraçada amic
    Pep

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